En diputados, oficialismo y oposición definen la agenda de debate para los próximos meses

Tras la aprobación del nuevo protocolo que habilitó el regreso de los 257 legisladores al recinto, comenzó la discusión por los asuntos que se van a debatir cuando reinicie la actividad.

 

Luego de más de un año y medio de pandemia, con el número de infectados descendiendo y el plan de vacunación avanzando, esta semana el Congreso volvería a sesionar de manera totalmente presencial, algo que no sucede desde marzo del 2020, cuando el coronavirus llegó a la Argentina.

Por esta razón, los principales referentes de los distintos bloques que integran ambas Cámaras se vienen reuniendo desde hace algunos días para tratar de acordar un temario de consenso con los asuntos que se van a debatir cuando regrese la actividad parlamentaria, explicó Infobae.

Los legisladores nacionales estarían de acuerdo en que las iniciativas que se podrían discutir en primer lugar son aquellas que ya cuentan con dictamen de comisión, como son la Ley Ovina y la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos.

Hace algunas semanas venció la última prórroga del protocolo sanitario de Diputados que proponía un sistema mixto de virtualidad y presencialidad y desde ese momento la oposición advirtió que no apoyaría la idea de renovarlo por otro periodo.

“Nosotros no vamos a firmar ningún protocolo, mucho menos vamos a avalar sesionar con virtualidad después de la foto de los 60 diputados en la Quinta de Olivos”, explicó un referente del interbloque de Juntos por el Cambio.

En tanto, desde el entorno del presidente de la Cámara Baja, Sergio Massa, señalaron que ya no era necesaria la discusión y adelantaron que se iba a volver a la presencialidad total. Finalmente, el 24 de septiembre pasado se aprobó el protocolo de “Funcionamiento Parlamentario con Recinto Protegido”.

Entre los considerandos de la Resolución firmada por el propio Massa, se señaló que esta medida se tomaba “en virtud del actual descenso sostenido en el número de casos y en el número de camas ocupadas y la situación de coberturas de vacunación”.

A partir de ese momento, se estableció que el recinto podía volver a la actividad con el total de los miembros que componen presentes. Es decir, con los 257 diputados sentados en sus respectivas bancas.

De esta manera, los legisladores nacionales podrán estar presentes en todas las sesiones que sean convocadas respetando las medidas de prevención establecidas por las autoridades sanitarias y siempre que posean resultado negativo de COVID-19.

Para esto, el nuevo reglamento marca que la constatación se realizará con un test de PCR por hisopado nasofaríngeo o por saliva en las 72 hs previas al inicio de la sesión; con un test rápido antigénico en las 48 hs previas al inicio del encuentro. En ambos casos los legisladores se pueden hacer el test en donde decidan y lo tienen que enviar a la Presidencia de la Cámara.

En el caso de las sesiones especiales en las que deba participar alguna persona externa al cuerpo de legisladores, las autoridades de la Cámara dispondrán un dispositivo para el testeo y se deberá realizar el mismo en el ámbito del Congreso.

Uno de los puntos que había que resolver era el de las comisiones. Muchos diputados pedían la vuelta a la presencialidad de las comisiones porque, aseguraban, necesitaban interactuar con sus pares. Otros, señalaban que se podía mantener la virtualidad y que eso hacía que el trabajo de las comisiones sea “más fluido porque los diputados no tenían que estar en Buenos Aires para participar”.

Respecto a este punto, la nueva normativa establece que se permitirá la presencialidad también en ese ámbito, respetando las medidas de prevención establecidas por las autoridades sanitarias para las reuniones de comisión que se desarrollen en la Cámara de Diputados “utilizándose espacios de dimensiones que permitan el distanciamiento establecido en los protocolos vigentes”.

Pero, frente al argumento de los que pedían mantener la virtualidad, la norma establece que las autoridades de las comisiones “podrán decidir por la opción de trabajo mixto (presencial y remoto) o remoto”.

Pero como la pandemia del coronavirus sigue presente, se dejó abierta la posibilidad para que aquellos legisladores con alto riesgo en el caso de contagiarse, que puedan seguir operando desde la virtualidad. En el artículo 4 de la norma se especifica que están exceptuadas de asistir presencialmente – y participar de forma remota – aquellas personas que se encuentren en alguno de los siguientes grupos: I. Personas con Inmunodeficiencias: Congénita, asplenia funcional o anatómica (incluida anemia drepanocítica); VIH dependiendo del status (< de 350 CD4 o con carga viral detectable); personas con medicación inmunosupresora o corticoides en altas dosis (mayor a 2 mg/kg/día de metilprednisona o más de 20 mg/día o su equivalente por más de 14 días).

En estos casos también se incluyen a los pacientes oncológicos y trasplantados con enfermedad oncohematológica hasta seis meses posteriores a la revisión completa; con tumor de órgano sólido en tratamiento; trasplantados de órganos sólidos o de precursores hematopoyéticos y embarazadas.

Por último, se remarcó que, al igual que cualquier otra actividad, no podrán asistir las personas con síntomas o contactos estrechos.

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