Un contribuyente argentino puede llegar a pagar hasta 49 impuestos al año, según un informe del IARAF
El estudio advierte que el sistema impositivo argentino es uno de los más complejos de la región, con una fuerte superposición de gravámenes nacionales, provinciales y municipales. Diez tributos explican más del 94% de la recaudación total.
La estructura tributaria argentina vuelve a estar en el centro del debate. Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), un contribuyente de altos ingresos puede llegar a pagar hasta 49 impuestos, tasas y contribuciones diferentes en un solo año, en un esquema caracterizado por la superposición de tributos entre Nación, provincias y municipios.
El dato surge del Vademécum Tributario Argentino de Personas 2025, un informe que el IARAF elaboró en vísperas del nuevo proyecto de reforma fiscal que prepara el Gobierno de Javier Milei. El documento señala que, a pesar de la reciente eliminación del Impuesto PAIS, el sistema sigue siendo altamente fragmentado, con múltiples gravámenes que se aplican sobre los mismos consumos o actividades, lo que multiplica las obligaciones y encarece el cumplimiento fiscal.
“En Argentina hay tres niveles de gobierno que necesitan financiarse: nacional, provincial y municipal. Más allá de la distinción, algunos tributos son coparticipables, es decir, parte de su recaudación se distribuye a niveles inferiores”, explica el estudio.
De acuerdo con el relevamiento, los impuestos nacionales concentran el 55% de la carga tributaria, mientras que los provinciales representan el 15% y los municipales el 30% restante. El resultado es un entramado fiscal heterogéneo que combina solapamientos, falta de coordinación y una escasa percepción del esfuerzo real que realiza cada contribuyente.
Según detalló Bloomberg Línea, el IARAF identificó tres perfiles de contribuyentes tipo para medir la cantidad de tributos que enfrenta una persona en función de sus ingresos y consumos.
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Perfil 1: un trabajador sin propiedades ni vehículos paga al menos 21 tributos al año.
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Perfil 2: una persona con vivienda propia, auto, actividades culturales y ahorro en dólares afronta 36 tributos.
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Perfil 3: un contribuyente de altos ingresos, con dos autos, viajes al exterior y consumos premium, puede alcanzar 46 impuestos, cifra que asciende a 49 si se incluyen los gravámenes sobre el tabaco.
Entre los impuestos considerados figuran el IVA, Ganancias, Bienes Personales, Débitos y Créditos Bancarios, y las Contribuciones a la Seguridad Social, junto a tributos provinciales como Ingresos Brutos, Inmobiliario, Automotor y Sellos. A ellos se suman tasas municipales por alumbrado, barrido y limpieza, seguridad e higiene, además de cargos específicos por habilitaciones o servicios locales.
El IARAF destaca que, pese a la existencia de casi 50 tributos potenciales, la recaudación total se concentra en apenas diez. Entre los más relevantes figuran el IVA, Ganancias, Ingresos Brutos y los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social, que en conjunto explican más del 70% de los recursos fiscales del país.
“El único impuesto que afecta a todos los consumos definidos de los tres perfiles es el IVA”, señala el informe. “El segundo lugar lo ocupan el impuesto a los ingresos brutos (IIBB) y la tasa por inspección, seguridad e higiene (TISH), con una incidencia promedio del 90% al 95% según el perfil”. Estos tres tributos representan el 40% de la recaudación consolidada argentina.
El estudio también advierte que la multiplicidad de impuestos y la falta de coordinación interjurisdiccional dificultan medir la verdadera carga fiscal sobre los contribuyentes. Esta complejidad, sumada a los constantes cambios normativos, eleva los costos administrativos y genera incertidumbre tanto para las personas físicas como para las empresas.
“El sistema tributario argentino se ha convertido en un entramado difícil de comprender para muchos contribuyentes”, sostiene el documento. “La teoría económica recomienda sistemas sencillos y perceptibles, pero la acumulación de normas y modificaciones ha producido el efecto contrario”.
En este sentido, el IARAF propone que la discusión fiscal no se limite al volumen de recaudación, sino que apunte a simplificar la estructura impositiva, eliminar tributos redundantes y mejorar la transparencia en el uso de los recursos.
La reforma fiscal que prepara el Gobierno nacional podría incorporar parte de estas recomendaciones, en un contexto en el que Argentina enfrenta una de las presiones tributarias más altas de América Latina, con un sistema que grava prácticamente todas las actividades productivas y consumos de los ciudadanos.

