Semestre complicado para María Eugenia Vidal: video comprometedor e interna en JxC

La ex gobernadora ya venía de una campaña incómoda en la Ciudad. Y el fin de año la golpeó fuerte.

 

Desaparecieron “los amigos del campeón”. Dejó ser “la leona”, como se instaló durante sus cuatro años al frente de la Gobernación bonaerense a fuerza de marketing, una jugosa caja y un PJ deslucido y convencido de que el 2019 era un trámite en favor de Cambiemos.

Desde la campaña del 2015, para María Eugenia Vidal fue todo en ascenso. En el 2017, de hecho, se cargó al hombro la campaña provincial frente a Cristina Kirchner, y la derrotó, con Esteban Bullrich como cabeza formal de la lista. La debacle económica de Mauricio Macri dio pie incluso a un operativo clamor del círculo rojo que intentó forzar su candidatura presidencial en el 2019: el famoso “Plan V” que le hacía brillar los ojos a la ex gobernadora.

Pero el triunfo holgado de Axel Kicillof la desconcertó. Y Vidal se recluyó mucho más de lo que casi todos los dirigentes que la acompañaron durante cuatro años hubieran deseado. Este último semestre, sin embargo, fue el peor de su carrera, atravesado por la campaña porteña que la diputada sufrió en carne propia, y la semana anterior que le propinó un sacudón de realidad: perdió la pulseada por las reelecciones de los intendentes, se filtró un video filmado durante la gestión bonaerense en el que su ex ministro de Trabajo pedía una “Gestapo” para intervenir gremios y quedó afuera de la mesa nacional de Juntos por el Cambio.

“Fue un semestre difícil, es cierto, pero estoy muy conforme con la elección en la Ciudad: volver a tener un rol institucional”, se sinceró Vidal ante sus asesores, antes de viajar a la costa para recibir el 2022. 

“Tiene su cuotaparte de responsabilidad por lo que pasó. Pero también colaboraron los que vieron la posibilidad de empezar a rayarla, y lo hicieron”, resaltan a su lado en alusión al “fuego amigo” que abundó en los últimos tiempos.

Autocrítica de Vidal y los palos de Macri

Hace dos lunes, en la reunión con toda su tropa, un encuentro pensado para barajar y dar de nuevo y que hacia dentro del PRO fue visto como la plataforma de lanzamiento -“el vidalismo” en pleno-, la diputada ensayó su propia autocrítica: reconoció el error por el “silencio mediático” de más de un año, y la demora en la definición de su candidatura porteña, una decisión que, en Provincia, pocos le perdonan. 

Un par de dirigentes del entorno de Cristian Ritondo, uno de los principales armadores junto a Federico Salvai -su mano derecha-, intentó cantar por “Vidal 2023”. Dicen que ella los frenó en seco, consciente de la realidad que la rodea.

En privado, Macri es mucho más crítico que la ex gobernadora: dice, según trasciende, que en los últimos dos años “no paró de cometer errores”. 

Vidal sabe que necesita reinventarse. Todavía los números la avalan. “Volver a ser la del 2015”, dicen sus colaboradores. Cambiar el semblante. Reconstruir algunos vínculos políticos, y relaciones con el círculo rojo que antes fluían solas por la generosidad de la gobernación. “María Eugenia tuvo que aprender a cambiar corazón por hígado”, insisten a su lado.

Para la ex gobernadora, los problemas empezaron al inicio de la campaña: nunca estuvo cómoda, y las críticas a Fernando Straface, el jefe operativo de ese proceso designado por Horacio Rodríguez Larreta, fueron de menor a mayor. Un ejemplo inquietante del vínculo con el jefe de Gobierno, que desconcierta a propios y extraños: solo Rodríguez Larreta y la diputada conocen la verdad de la relación.

En los últimos días surgieron nuevos chispazos en torno a Emmanuel Ferrario, vicepresidente primero de la Legislatura porteña, y el manejo de los recursos del Poder Legislativo local que el jefe de Gobierno pidió mantener para los suyos. “¿En quién se referencia Ferrario, en Vidal o en Rodríguez Larreta?”, se preguntan en la Ciudad. Quedan cada vez menos dudas.

Video y denuncia de la AFI

La última semana fue de una complejidad extrema para la diputada. El lunes, la AFI denunció que en el seno de su gestión se montó una mesa judicial integrada por ministros, el intendente de La Plata, empresarios de la construcción y miembros de la ex SIDE para detener a Juan Pablo “El Pata” Medina, el jefe de la UOCRA platense que apelaba a los peores métodos. La ex gobernadora sigue sin hablar del tema.

Uno de los participantes de esa reunión del 2017, publicada por este diario, era Juan Sebastián De Stéfano, ex director de Asuntos Jurídicos de la AFI, del riñón de Daniel Angelici. El ex presidente de Boca, gestor judicial del PRO, está enfrentado a la diputada por las negociaciones en torno al juego durante su gestión en la Provincia.

Ese mismo lunes, la cúpula de Juntos por el Cambio definió la nueva mesa de conducción: Vidal quedó afuera.

El martes, los intendentes del PRO y de la UCR que entre el 2015 y el 2019 se rindieron a sus pies sancionaron una modificación de la ley que limitaba las reelecciones -negociada con el PJ-, y que Vidal impulsó en el 2016 en alianza con Sergio Massa.

La ex gobernadora trató de hacer caer las negociaciones y salvar su proyecto, que curiosamente se sancionó en el 2016 pero se reglamentó tres años después, en el 2019. Lo intentó hasta último momento. Incluso hubo discusiones extremas con algunos de sus ex colaboradores.

Fabián Perechodnik, ex secretario General de la gobernación; Martiniano Molina, ex intendente de Quilmes, y la legisladora María Eugenia Brizzi votaron en favor de cambiar la ley. Es decir, en contra de lo que pretendía Vidal. Brizzi es de Morón, y responde directamente a Ramiro Tagliaferro, ex intendente y ex marido de la diputada.

“No importa si me cuesta el futuro. Estoy parada dónde siento que tengo que estar. Puede que este sea mi último lugar en política. O no. Pero no voy a especular”, admitió la ex gobernadora ante sus íntimos, según reconstruyó este diario. El tiempo dirá. 

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