Sudán: continúan las protestas contra el golpe de Estado que ya dejaron siete muertos

Las manifestaciones contra el derrocamiento del dictador Omar al Bashir ya llevan cuatro días y generaron otros decesos que están siendo investigados.

Sudán: continúan las protestas contra el golpe de Estado que ya dejaron siete muertos

 

Las protestas populares contra el golpe militar en Sudán perpetrado este lunes y condenado internacionalmente entraron este jueves en su cuarto día, cuando los manifestantes volvieron a levantar las barricadas que los militares desmontaron durante los tumultos de la noche previa.

Al menos siete manifestantes murieron desde el golpe de Estado del lunes, mientras se avanza en la investigación de otros decesos, dijo el jefe de medicina legal, Hicham Faquiri, informó la agencia de noticias AFP.

“Siete cuerpos de manifestantes fueron admitidos en la morgue el lunes, así como el cadáver de un paramilitar de las Fuerzas de Apoyo Rápido”, poderosa organización acusada de estar implicada en la represión de la revuelta popular que derrocó al dictador Omar al Bashir en 2019, indicó el doctor Faquiri.

Añadió que “varios otros cuerpos fueron llevados a la morgue en los días siguientes, y presentaban señales de violentas heridas realizadas con objetos contundentes”, sin poder dar una cifra.

Médicos alineados en grupos prodemocracia indicaron el lunes que cuatro manifestantes habían muerto por disparos de las fuerzas de seguridad, mientras varias manifestaciones fueron reprimidas con bombas de gas lacrimógeno y balas de goma, según periodistas de la AFP en Jartum.

El lunes, el general Abdel Fattah al Burhan, gobernante de facto de Sudán desde el derrocamiento de Bashir, disolvió el frágil gobierno que debía conducir al país a un mando civil.

Estados Unidos y el Banco Mundial congelaron la ayuda y denunciaron el golpe militar, mientras que la Unión Africana suspendió la participación de Sudán en esa organización.

Por un lado, los manifestantes reclaman una transferencia completa del poder a los civiles y se declaran dispuestos a permanecer en la calle hasta que se satisfaga su demanda.

Por la otra, el general Burhan asegura que pronto nombrará nuevas autoridades y mantiene a la mayoría de los dirigentes civiles “bajo vigilancia” o detenidos.

“Las fuerzas de seguridad han intentado desmontar nuestras barricadas, disparando gas lacrimógeno y balas de goma”, contó el manifestante Hatem Ahmed, del norte de Jartum. “Pero nosotros las reconstruimos apenas se van, solo quitaremos las barricadas cuando vuelva el gobierno civil”, aseguró.

El golpe de Estado del lunes fue el último en azotar al empobrecido país del este de África, que ha tenido solo breves períodos democráticos desde su independencia en 1956.

Los comercios permanecen cerrados por las campañas de desobediencia civil, y los movimientos prodemocracia intensificaron los llamados a celebrar “protestas de un millón” el sábado próximo.

El primer ministro Abdalá Hamdock, quien fue detenido el lunes por los militares cuando también fueron arrestados numerosos dirigentes civiles, permanece recluido desde el martes en su casa bajo vigilancia. Otros ministros están bajo arresto miliar.

Un comunicado conjunto de Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido, Noruega y otros países enfatizó que continúan reconociendo al “primer ministro y su gabinete como los líderes constitucionales del gobierno de transición”.

Burhan, un militar de alto rango durante las tres décadas de gobierno autoritario de Bashir, destituyó ayer a seis embajadores sudaneses tras asegurar que tomaron partido con los dirigentes civiles detenidos.

Pese a la represión, los manifestantes estuvieron en las calles hasta altas horas de la noche del miércoles en la capital, dijo un portavoz de la Asociación de Profesionales Sudaneses (APS), que agrupa a varios sindicatos y fue clave en el movimiento que depuso a Bashir.

Videos divulgados en línea por APS mostraron a los manifestantes pidiendo “gobierno civil” y llamando a protestas masivas el 30 de octubre, mientras algunos pedían que Burhan fuera llevado a la prisión de alta seguridad Kober, en Jartum, donde está detenido Bashir.

Por su parte, el general Burhan asegura que pronto nombrará nuevas autoridades y mantiene a la mayoría de los dirigentes civiles “bajo vigilancia” o detenidos.

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