Rodrigo Chaves, el nuevo presidente de Costa Rica

El país celebró este domingo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales después de que en la primera ronda, celebrada en febrero, ningún candidato obtuviera el 40% de los votos necesarios para el cargo.

Rodrigo Chaves, el nuevo presidente de Costa Rica

 

El economista Rodrigo Chaves será el nuevo presidente de Costa Rica tras las elecciones de este domingo y después de que su rival, José María Figueres, concediera la derrota.

Con más del 95% de las mesas escrutadas, el político del Partido Progreso Social Democrático (PSD) está al frente con un 52,9%, mientras que su contricante del Partido Liberación Nacional (PLN) tiene un 47,1%.

En su primer mensaje, el mandatario electo impulsó la unión y pidió el apoyo de la oposición.

“Envío un mensaje a José Maria (Figueres) y a todas las personas que votaron por él. Lo felicito por su hidalguía y le pido a don José y a su partido que trabajemos juntos”, dijo. “Les pido que nos unamos todos bajo el azul, blanco y rojo de nuestro símbolo patrio, de la bandera”, agregó.

Chaves, además, habló directamente a los miles de costarricenses que no votaron este domingo en una segunda vuelta electoral marcada por la abstención.

“La dura campaña que vivimos lamentablemente convirtió al abstencionismo en el partido político más grande de Costa Rica. Esto es una triste realidad que debemos comprender y aceptar. Esto no significa que los compatriotas que no acudieron a las urnas no amen a Costa Rica ni a su democracia. Ellos son, probablemente, los más críticos y preocupados por el futuro del país que quisieron sacudir la conciencia de la clase gobernante en un ejercicio de auténtica democracia”, sostuvo.

De acuerdo a los datos del Tribunal Electoral, este domingo hubo una abstención del 42,85%, superior incluso a la de la primera vuelta, que ya había sido entonces un récord. Estaban convocados a las urnas 3,5 millones de costarricenses.

Chaves dijo que la tomará como una “advertencia” que lo impulsará a trabajar por “nuevos consensos” para “devolverles la confianza”.

Por su parte, Figueres concedió más temprano en la noche la victoria a su contrincante.

“Felicito a Rodrigo Chaves y le deseo lo mejor”, sostuvo. “Costa Rica ha votado y el pueblo ha hablado. Nosotros, como demócratas que somos, siempre seremos respetuosos de esa decisión”, agregó Figueres, quien fue presidente en 1994.

El ingeniero industrial dijo ante un grupo de seguidores que su país vive en un “estado de emergencia”. Ante esto, hizo un llamado a la unión e indicó que está disponible para “ayudar a rescatar Costa Rica”.

“Sigo pensando que Costa Rica está en una profunda crisis”, opinó. “Ante esa crisis y esa emergencia, es momento de dejar atrás un mensaje de antagonismo, de odio, de división y avanzar entre todas y todos poniendo a un lado las diferencias”, comentó.

El país celebró este domingo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales después de que en la primera ronda, celebrada en febrero, ningún candidato obtuviera el 40% de los votos necesarios para el cargo.

Los comicios se dieron en un momento en el que el país centroamericano vive una erosión en su economía de bienestar.

De acuerdo con una encuesta de la Universidad de Costa Rica, el desempleo y la economía eran las mayores preocupaciones de los costarricenses (29,1% y 17,8%), muy por encima de la corrupción (10,6%), que salpicó a Carlos Alvarado, el presidente que sale del poder, y que redujo a mínimos su popularidad.

Ante esos problemas, los costarricenses dieron su confianza a Chaves, pero ¿quién es el nuevo presidente del país los próximos cuatro años?

El “outsider”

Chaves, economista de 60 años, dio la sorpresa al llegar a segunda vuelta electoral tras no aparecer entre los dos favoritos de la primera ronda. Sin embargo, este considerado “outsider” o casi desconocido de la política costarricense se convertirá en su próximo presidente.

Lo hará entre acusaciones de acoso sexual en el pasado y tras adoptar en campaña un estilo confrontativo -tildado de “populista” por analistas- y de dedicar duros ataques a los partidos tradicionales del país, representados por su rival Figueres. “No le entregue las llaves a los mismos de siempre”, fue una de sus frases más repetidas.

Chaves cuenta con un alto perfil académico tras obtener un doctorado en Economía en la Universidad de Ohio en Estados Unidos y recibir una beca de la Universidad de Harvard para estudiar temas de pobreza en Asia.

Presume además de una amplia trayectoria internacional en el ámbito económico. Durante casi 30 años, trabajó para el Banco Mundial y llegó a ser nombrado director de su oficina en Indonesia.

En Costa Rica, sin embargo, solo era conocido hasta ahora por su fugaz paso como ministro de Hacienda del país durante apenas seis meses, en los que intentó reflotar una economía del país gravemente afectada en medio de la pandemia.

Tras poner en marcha algunas polémicas medidas y mantener diferencias con el gobierno del actual presidente, Carlos Alvarado, renunció en mayo de 2020.

Fue el pasado mes de julio cuando sorprendió al anunciarse como candidato del Partido Progreso Social Democrático, una formación desconocida y creada apenas tres años antes con la que ahora llegará a Casa Presidencial.

Precisamente su falta de experiencia política ha sido una de las mayores críticas que tuvo que enfrentar en campaña, así como a la poca claridad en quiénes conformarán su futuro equipo de gobierno o respecto a algunos temas importantes en el país.

“Chaves es una persona con buena formación y es un tecnócrata, pero sin ese conocimiento del país que se le reconoce a Figueres. Además, no tiene equipo, o no lo ha dado a conocer. Al ser un partido tan nuevo, él mismo ha dicho que necesita que se sumen más personas a sus filas”, asegura la analista costarricense Valeria Vargas.

“No sabemos a ciencia cierta muy bien cómo piensa su partido, se ha mantenido como muy en silencio. Sus diputados [elegidos en primera vuelta y provenientes de distintos partidos] no tienen una posición muy clara por los grandes temas del país”, le dice a BBC Mundo.

Acoso y populismo

En sus debates de campaña, al igual que en los de Figueres, predominaron más los ataques personales a su rival que la exposición de ideas de su programa de gobierno.

Con el uso de lemas informales como “Me como la bronca” o su reiterado deseo de “ordenar la casa” con un cambio, Chaves intentó conectar con la población costarricense cansada de los políticos tradicionales mediante un discurso directo, de confrontación y a veces visto como prepotente.

“A mí me dicen que soy muy arrogante y muy dictatorial, pero creo que digo las cosas como son y a la gente no le gusta”, dijo en campaña.

En sus palabras “hay elementos populistas y machistas muy latentes, incluso chistes de connotación sexual. Esto puede ser rechazado en entornos urbanos y de alta educación, pero pueden ser fundamentales para ser respaldado en otros lugares del país”, vaticinaba para BBC Mundo el politólogo costarricense Daniel Calvo antes de conocerse el resultado.

Pero la gran polémica sin duda que rodea a la figura de Chaves son las denuncias por acoso sexual que recibió de empleadas del Banco Mundial entre 2008 y 2013 mientras él trabajaba en el organismo, y que le valieron sanciones internas.

El economista calificó los señalamientos de “chismes y mentiras” y aseguró que todo se trató de un “malentendido” por “chistes y bromas” que hizo a sus compañeras.

Sin embargo, Chaves fue atacado por este tema por parte de sus adversarios y por grupos de derechos civiles, como colectivos de mujeres que salieron a protestar por su elección el pasado 8 de marzo.

“Los movimientos feministas en Costa Rica se preguntan sobre la pertinencia de que tengamos un presidente tan cuestionado en este nivel. En los últimos diez años ha aumentado el no rotundo al acoso sexual, al acoso callejero, por lo que a nivel social ha generado bastantes resquemores”, destaca la analista Vargas.

“Los cuestionamientos sobre ambos candidatos (acusaciones de acoso sobre Chaves y señalamientos de corrupción sobre Figueres) los van a seguir por algunos años más. Y sin duda, para el que sea presidente se vuelve más complejo porque es prácticamente combustible para que la protesta social pueda convertirse en un arma importante”, pronosticaba Calvo.

Ataques contra prensa y corrupción

Chaves hizo de la lucha anticorrupción una de sus banderas, de lo que responsabilizó a los gobiernos anteriores. Por ejemplo, propuso atacarla mediante un plan que retribuiría con dinero a quienes denuncien estos actos y que penalizaría a quienes no lo hagan.

También expuso su intención de aplicar reformas del Estado por la vía del referendo de ser necesario. Entre otras, habló de un paquete de decretos ejecutivos para abaratar servicios y bienes básicos.

Aunque apenas desarrollado en campaña, su plan de gobierno apuesta por acciones en materia económica como reducir trámites y facilitar la acción empresarial, atraer inversión, generar empleo, reducir cargas sociales y apoyo para los sectores costeros, que son los más pobres del país.

“Costa Rica no es un país pobre, sino muy mal administrado”, ha sido una de las frases más usadas por el ahora presidente electo.

Su candidatura también se caracterizó por su confrontación constante con la prensa, a la que señaló de ser parcializada, lo que le ha valido comparaciones con otros líderes como Donald Trump, Jair Bolsonaro o Andrés Manuel López Obrador.

Otro de sus lemas fue “Hagamos que Costa Rica vuelva a ser el país más feliz del mundo”, similar al “Hagamos que EE.UU. vuelva a ser grande” utilizado por el expresidente estadounidense.

En sus últimos días de campaña, Chaves coqueteó con los sectores evangélicos al firmar un acuerdo con algunos de sus representantes en el que se comprometía a eliminar la llamada “ideología de género” en el sistema educativo.

Al igual que en otros países latinoamericanos, este movimiento ha ganado terreno en Costa Rica en los últimos años. En 2018, el predicador evangélico Fabricio Alvarado estuvo a punto de llegar a la presidencia.

Pese a su victoria este domingo, el rechazo generado por Chaves en parte de la población tica y la alta abstención este domingo (que volvió a batir récords con un provisional 42,85%) hace vaticinar a expertos que podría enfrentar un mandato agitado.

“Su dinámica populista y dictatorial le ha procurado enfrentamientos con sectores como el de mujeres, cultura, agrícola, etc.”, subraya el politólogo costarricense Gustavo Araya en conversación con BBC Mundo.

“Además de por ser un partido pequeño y por tener algunas propuestas que crean alta expectativa pero muy poca posibilidad de llevarse a cabo, diría que Chaves tendrá un período de gobierno mucho más convulso que el que podría tener Figueres”, concluye.

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