La ONU investiga el “triple sabotaje” denunciado por Trump durante su discurso en Nueva York
El expresidente de Estados Unidos aseguró que sufrió una “emboscada” en la Asamblea General tras un fallo en la escalera mecánica, problemas con el teleprompter y fallas en el sonido. Washington exigió explicaciones a António Guterres.
La Asamblea General de la ONU fue escenario de un insólito episodio que terminó en acusaciones de sabotaje por parte de Donald Trump. El líder republicano denunció que sufrió tres incidentes consecutivos durante su visita a Nueva York: la detención de la escalera mecánica en la que subía junto a Melania Trump, el mal funcionamiento del teleprompter y fallas en el sistema de altavoces.
El miércoles, Washington envió una carta al secretario general António Guterres exigiendo explicaciones. En respuesta, el vocero Stéphane Dujarric confirmó que la ONU ya había iniciado “una investigación exhaustiva” y aseguró que el organismo colaborará con las autoridades estadounidenses “con total transparencia”.
Trump, de 79 años, reaccionó con furia en su red social Truth Social. Allí calificó la secuencia como un “triple sabotaje siniestro”, reclamó el arresto de los responsables y aseguró que el Servicio Secreto también abrió una pesquisa. Según relató, no fue una coincidencia, sino un intento deliberado de boicotear su intervención.
De acuerdo con Página/12, el propio Dujarric explicó luego que el teleprompter era responsabilidad de la Casa Blanca y que la interrupción de la escalera habría sido causada accidentalmente por un camarógrafo de la delegación estadounidense al activar un interruptor. Pese a estas aclaraciones, Trump insistió en que el sistema de sonido fue manipulado para que el auditorio no pudiera escuchar con claridad.
El discurso del exmandatario, que se extendió por una hora, estuvo cargado de críticas contra Naciones Unidas. Acusó a la organización de financiar la migración irregular que “convierte a Estados Unidos y a Europa en un infierno” y reprochó la falta de apoyo a sus políticas en Gaza y Ucrania.
Aunque en un primer momento bromeó sobre el incidente de la escalera, al día siguiente adoptó un tono mucho más duro. En privado, mantuvo un encuentro con Guterres en el que afirmó que Estados Unidos respalda a la ONU “al 100 por ciento”, aunque sus declaraciones posteriores pusieron en duda esa afirmación.
El episodio se convirtió en un nuevo capítulo de tensión entre Trump y la ONU, marcado por la desconfianza y las teorías de conspiración. En la sede de Nueva York, el clima se mezcló entre la sorpresa por los reclamos y el desconcierto frente a un mandatario que no suele dejar espacio para matices en sus acusaciones.