Irán: el reformista Pezeshkian asumirá la presidencia a principios de agosto
Pezeshkian, de 69 años, obtuvo cerca del 54 por ciento de los votos venciendo al ultraconservador Said Jalili, en un contexto delicado debido a las sanciones internacionales.
El presidente electo iraní, Masud Pezeshkian, jurará su cargo ante el Parlamento a principios de agosto como noveno mandatario de la República Islámica, indicaron el domingo medios de comunicación estatales. El reformista Pezeshkian, de 69 años, se impuso el viernes al ultraconservador Said Jalili en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales proponiendo mejorar la relación con Occidente. Los comicios, anticipados tras la muerte del presidente ultraconservador Ebrahim Raisi en un accidente de helicóptero el 19 de mayo, se desarrollaron con el telón de fondo de una economía muy golpeada por las sanciones internacionales.
“La ceremonia de investidura del presidente se producirá el 4 o 5 de agosto”, informó la agencia de noticias oficial IRNA, citando a Mojtaba Yosefi, un miembro de la presidencia parlamentaria. Pezeshkian tendrá entonces “15 días para presentar sus ministros propuestos al Parlamento para un voto de confianza”. Este mismo domingo el Consejo de los Guardianes de Irán aprobó los resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
La ceremonia de investidura tendrá lugar tras la aprobación oficial de la elección de Pezeshkian por el líder supremo de la República Islámica de Irán, el ayatolá Ali Jamenei. En Irán el presidente tiene poderes limitados y es el responsable de aplicar las principales líneas políticas marcadas por el líder supremo, que es el jefe de Estado y el máximo responsable de las decisiones estratégicas. El domingo los diarios iraníes hicieron un llamamiento a la unidad bajo el liderazgo del nuevo presidente electo.
Mejorar el vínculo con Occidente
Pezeshkian, exministro de Salud y parlamentario, se convertirá en el noveno presidente en la historia de la República Islámica de Irán. Se impuso en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Irán frente al ultraconservador Said Jalili. Pezeshkian obtuvo más de 16 millones de votos, cerca del 54 por ciento de los sufragios, y Jalili sumó más de 13 millones, cerca de 44 por ciento de las más de 30 millones de boletas escrutadas.
La participación electoral se situó en un 49,8 por ciento. En la primera vuelta el 28 de junio había sido del 39,92 por ciento, el nivel más bajo en los 45 años de historia de la República Islámica. “El camino que tenemos por delante es difícil. Sólo será fácil con su cooperación, empatía y confianza. Les tiendo la mano”, declaró Pezeshkian, de 69 años, en la red social X tras su victoria.
La comunidad internacional siguió las elecciones de cerca, a raíz de las tensiones en Medio Oriente provocadas por la guerra en Gaza, y de la pugna con las potencias occidentales derivadas del programa nuclear iraní. Las negociaciones sobre este programa están en un punto muerto desde 2018, cuando Estados Unidos se retiró del pacto internacional firmado en 2015.
“Sus votos le dan esperanza a una sociedad sumida en un clima de insatisfacción”, afirmó el presidente electo en un discurso de agradecimiento a sus partidarios el sábado en el recinto del mausoleo del imán Jomeini, fundador de la República Islámica, cerca de Teherán. “No hice falsas promesas en esta elección, no dije nada que no pueda cumplir”, aseguró Pezeshkian.
Pezeshkian, un médico de origen azerí, fue el único reformista autorizado a concurrir y contó con el apoyo de varios expresidentes, como el también reformista Mohammad Jatami y el moderado Hasan Rohani. Afirma su lealtad a la República Islámica pero, al mismo tiempo, defiende un acercamiento entre Irán y los países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, para levantar las sanciones que están lastrando a la economía.
En campaña Pezeshkian cuestionó el uso de la fuerza por parte de la policía para aplicar las leyes sobre el uso obligatorio del velo para las mujeres, que rigen desde Revolución Islámica de 1979. Jalili abogó en cambio por aplicar una política inflexible frente a las potencias occidentales, una postura que demostró cuando fue negociador del programa nuclear iraní. Tras su derrota llamó sin embargo a sus seguidores a apoyar a Pezeshkian y “hacer todos los esfuerzos para ayudarlo a avanzar con fuerza”.