Bonos del Tesoro de EEUU en la mira: volatilidad récord y presión internacional en medio de la guerra comercial

Bonos del Tesoro de EEUU en la mira: volatilidad récord y presión internacional en medio de la guerra comercial

Bonos del Tesoro de EEUU en la mira: volatilidad récord y presión internacional en medio de la guerra comercial

 

En medio de una semana clave para los mercados globales, los bonos del Tesoro estadounidense se convirtieron en el epicentro de la volatilidad financiera, justo cuando el gobierno de Donald Trump busca implementar una nueva ronda de aranceles a las importaciones. El rendimiento del bono a 10 años —referencia obligada para inversores y autoridades monetarias— protagonizó un rebote abrupto, tras haber caído a mínimos no vistos desde la elección de Trump en 2016.

El lunes, el rendimiento de esa referencia saltó 22 puntos básicos, el mayor movimiento diario desde junio de 2022, alcanzando el 4,22% luego de haber tocado un mínimo de 3,87% tan solo días antes. Estos bruscos vaivenes —los mayores en 25 años según datos de Tradeweb— no solo reflejan la incertidumbre en torno a la estrategia arancelaria del presidente, sino también las crecientes dudas sobre la estabilidad del mercado de deuda soberana más importante del mundo.

La tensión se acentúa en un momento especialmente delicado: este martes el Tesoro estadounidense colocará unos 39.000 millones de dólares en bonos a 10 años, como parte de una emisión total de 119.000 millones durante la semana. La coincidencia con la entrada en vigor de los nuevos aranceles —prevista para el 9 de abril y bautizada por Trump como el “Día de la Liberación”— no es menor. Las colocaciones del Tesoro dependen en buena medida del apetito de los compradores extranjeros, quienes ayudan a mantener bajas las tasas de interés y financian un déficit fiscal que en febrero ya superaba el billón de dólares y podría rozar los 2 billones al cierre del ejercicio.

Pero esa demanda externa también está atada a las condiciones del comercio global, el atractivo del dólar como reserva de valor y, especialmente, a la percepción de estabilidad institucional. Las medidas proteccionistas de Trump y sus implicancias fiscales podrían alterar esa ecuación, justo cuando la Reserva Federal se muestra cautelosa respecto de una posible baja de tasas y exige más evidencia sobre el impacto de los aranceles en la economía real.

Otros mercados

Mientras tanto, los mercados financieros se mueven al ritmo de la especulación y la reacción algorítmica. El lunes, el S&P 500 vivió una jornada surrealista: un falso rumor sobre una posible suspensión de los aranceles desató un rally de 8,5% en menos de una hora, seguido de un colapso inmediato al desmentirse la noticia. El volumen de operaciones fue récord, con 29 mil millones de acciones negociadas, y aunque el índice logró cerrar con una caída marginal de 0,2%, el episodio volvió a encender alarmas sobre la fragilidad del sistema.

A eso se suma la expectativa por la publicación del IPC de marzo este jueves, que podría sumar presión sobre el mercado de bonos si la inflación da una nueva sorpresa al alza. El temor a una inflación persistente está ahora compitiendo con el miedo a una recesión, generando una dinámica de mercado profundamente inestable, en la que los inversores parecen no encontrar refugio claro.

Así, los bonos del Tesoro, tradicionalmente considerados el activo más seguro del planeta, están siendo testigos —y víctimas— de un cóctel de política comercial, déficit fiscal, geopolítica y tecnología financiera que podría marcar un nuevo capítulo en la historia económica de Estados Unidos.

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