El mural de Maradona en Nápoles fue cubierto en protesta por los desalojos municipales
Vecinos del Quartieri Spagnoli taparon la icónica imagen del “Diez” en repudio a los operativos que desplazaron a vendedores informales de la zona. Reclaman diálogo con el municipio para regularizar su actividad y preservar el lugar como santuario popular.
El célebre mural de Diego Armando Maradona, ubicado en el Quartieri Spagnoli de Nápoles, apareció cubierto este miércoles por una tela blanca en el marco de una protesta simbólica organizada por los vecinos y comerciantes de la zona. La medida fue impulsada en rechazo a los operativos de desalojo que viene realizando la administración del alcalde Gaetano Manfredi, orientados a retirar los puestos ambulantes que venden camisetas, pelotas y otros productos vinculados al ídolo argentino.
La obra —realizada en 1990 por el artista Mauro Filardi sobre una pared de Via Emanuele de Deo, en homenaje al segundo título del Napoli en la liga italiana— se transformó con los años en un símbolo urbano y turístico. Tras su restauración en 2017 por el argentino Francisco Bosoletti, el mural pasó a ser el monumento más visitado de Nápoles y uno de los sitios más fotografiados de Italia.
La creciente afluencia turística impulsó el desarrollo de pequeños comercios, bares y puestos callejeros, que convirtieron al Largo Maradona en un punto de encuentro emblemático. Sin embargo, en las últimas semanas el municipio desplegó operativos policiales contra los vendedores informales, multó al propietario del garaje donde está el mural e incautó vehículos que ofrecían mercadería alusiva al “10”.
De acuerdo con Página/12, el propietario del lugar, Antonio Espósito, conocido como Bostik, aseguró estar “cansado, decepcionado y resignado” frente a la falta de diálogo con las autoridades locales. Por ese motivo decidió cubrir el mural como señal de protesta, denunciando una “represión continua” y “la imposibilidad de salvar el barrio por la oposición de las instituciones”. Aun así, adelantó que retirará la cobertura “en unos días”.
Los organizadores que gestionan el espacio explicaron a través de Instagram que “el cierre del Largo Maradona fue una decisión propia y no impuesta por las autoridades”. Recalcaron que el lugar es una propiedad privada y que su familia trabaja desde hace años para mantenerlo abierto al público. “Lamentablemente, las instituciones no nos permiten obtener un permiso para operar de manera regular. Pagamos impuestos, estamos inscriptos en el INPS y en la Cámara de Comercio, y nuestros empleados están registrados”, señalaron.
El conflicto radica en que los comerciantes cuentan con una licencia de itinerancia, que los habilita a vender en movimiento pero no a permanecer fijos en el lugar. Debido al gran flujo de visitantes, su camioneta ya no puede circular por las estrechas calles del barrio. “Pedimos una solución concreta que nos permita seguir trabajando en el respeto de la ley. Si cerramos, no solo nuestra familia se verá afectada, sino todo el vecindario”, afirmaron los voceros del espacio.
El abogado de Espósito consideró “triste” que las autoridades “no valoren el esfuerzo de los vecinos que transformaron un área degradada en un sitio iluminado y visitado por miles de turistas”. Desde el municipio, en cambio, justificaron los procedimientos al argumentar que “forman parte de un plan integral para proteger la legalidad y la seguridad urbana” y que las incautaciones respondieron a denuncias por venta de productos falsificados y robo de cables eléctricos.
El alcalde Manfredi aseguró que su intención es abrir un diálogo con los comerciantes para regularizar la actividad en el Largo Maradona, al tiempo que anunció un plan de movilidad vial y peatonal para mejorar el acceso de los visitantes.
Mientras tanto, los napolitanos esperan una resolución antes del 30 de octubre, fecha del cumpleaños de Maradona, cuando cada año miles de personas se congregan en el lugar para rendir homenaje al ídolo que aún late en el corazón del sur italiano.